La escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires (Casilda Igarzábal entre otras) al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, el 18 de mayo de 1810 y por el “Calendario Escolar” de 1951, se fijó dicha fecha como Día de la Escarapela.
La Escarapela Nacional Argentina es uno de nuestros símbolos patrios, junto al escudo, el himno y la bandera. Si bien, en el imaginario popular, la creación de la escarapela está unida a las jornadas de la Revolución de Mayo, con Domingo French y Antonio Luis Beruti, repartiendo cintas celestes y blancas; en realidad, no hay documentación que avale esta hipótesis planteada por Bartolomé Mitre.
Lo concreto, en relación a la creación de la escarapela, es que, a solicitud de Manuel Belgrano, su uso se establece por decreto del primer Triunvirato, el 18 de febrero de 1812.

Origen de la escarapela

El uso de las escarapelas remonta a la Guerra de Sucesión Española (1701-1713). Esta guerra, fue ocasionada por la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España. Al fallecer el último de los Habsburgo, sobreviene la instauración en el trono de la Casa de Borbón. Durante esta contienda, en los campos de batalla se utilizaba un distintivo que tenía forma de moños y lazos.
En cambio, a partir del siglo XVIII, se impone la escarapela roja con forma de roseta, que era un signo de pertenencia al Ejército Real.
Las primeras utilizaciones de distintivos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, refieren al uso de cintas de color rojo y blanco. Durante la resistencia a las invasiones inglesas de 1806, el cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión, integrado por españoles y criollos utilizaba los colores blanco y rojo en su uniforme.
Durante la Revolución de Mayo, las crónicas de la época, aluden a las cintas blancas que se utilizaban en el ojal de la casaca, como señal de unidad entre españoles americanos y europeos. Otro distintivo era la escarapela encarnada y el retrato de Fernando VII sujeto con el cintillo del sombrero, y también algunos utilizaban una rama de olivo a modo de penacho simbolizando la paz.

El origen de los colores patrios

Sobre el origen de los colores de la Escarapela Nacional y la Bandera Argentina hay diversas teorías todas ellas complementarias. Su uso extendido en el pueblo, hace suponer, que se legalizaron los símbolos que la sociedad ya había elegido como propios.
Se dice, que el color celeste, podría provenir del cielo. Éste, a su vez, es utilizado en el manto de la Inmaculada Concepción, patrona de España e Indias.
También, el mismo color, sirvió de fuente de inspiración a los reyes de la casa de Borbón en España, para crear en 1771, la Orden de Carlos III. Ésta, era una de las condecoraciones, más altas otorgadas por la monarquía española. Consistía en una banda de tres franjas celeste, blanca y celeste, rematada por la Cruz del Orden, semejante a la banda presidencial argentina.
Tal es la banda que cruza el pecho del rey Fernando VII (1784-1833) de España en el retrato de 1814. En esta ocasión, luce vestido con el uniforme del ejército español. El cuadro original del pintor Vicente Lopez y Portaña, se encuentra actualmente en el Museo del Prado.

Cuando se empieza a usar el blanco y celeste en las colonias

De allí, el uso de los colores, se extiende a las cintas utilizadas en la resistencia a la segunda invasión inglesa, por las fuerzas leales a Pueyrredón. Luego, estos mismos colores, fueron adoptados por los Húsares de Pueyrredón y por el cuerpo de Patricios para su uniforme.
No hay datos ciertos sobre la famosa anécdota de French y Beruti, que cuenta que habrían repartido cintas celestes y blancas, el 25 de mayo de 1810. En cambio, se sabe que French y Beruti, encabezaban el regimiento América o Estrella, creado en junio de 1810, integrado por los miembros de la Legión Infernal. Este grupo de jóvenes radicalizados actuaron durante la Semana de Mayo de 1810. Los miembros de la Legión Infernal eran leales a Moreno, que se oponía a la facción saavedrista de la Junta Grande y comenzaron a utilizar cintas azul celeste y blancas, como distintivo en solapas y sombreros para manifestar su oposición.
Su uso trascendió a la milicia, y fueron los colores adoptados por los morenistas del club de Marco, que luego, muerto Moreno, crearon el 21 de marzo de 1811 la Sociedad Patriótica adoptando el distintivo celeste y blanco.