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miércoles, 29 de mayo de 2024
20 de junio: breve historia de la Bandera Argentina
Todos los 20 de junio se recuerda el Día de la Bandera Nacional, el emblema patrio de la República Argentina que fue creado por el Gral. Manuel Belgrano a comienzos de 1812 en los años sucesivos a la Revolución de Mayo y en plena guerra por la Independencia. La Bandera se hizó por primera vez el 27 de febrero de 1812 a orillas del Río Paraná en Villa Rosario, actualmente conocida como Rosario (Santa Fe). La escena fue inmortalizada por el imponente Monumento a la Bandera, que se encuentra en esta misma ciudad al lado del punto histórico.
De acuerdo con la tradición histórica, la Bandera fue cocida por María Catalina Echevarría de Vidal, hija de inmigrantes vascos amigos de Belgrano. La necesidad de tener un símbolo distintivo para su ejército, decidió a Belgrano a pedir la colaboración de la mujer para su confección. El 20 de febrero deslizó la idea en una charla privada. Ella aceptó encargarse de la tarea de inmediato.
"Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacional", explicaría Belgrano al Triunvirato, que desaprobó la decisión.
Si bien actualmente se utilizan en celeste y blanco, los colores auténticos de la Bandera fueron objeto de controversia histórica.
En mayo de 2017, un grupo de científicos del CONICET analizaron hebras de la bandera que según algunos historiadores es la más antigua conservada y encontraron tonos de "azul de ultramar". Pero la Academia Nacional de Historia reconfirmó el celeste y blanco.
La Bandera Argentina fue oficializada recién el 26 de julio de 1816 por el Congreso de Tucumán, luego de declarar la Independencia. Los patriotas la establecieron como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La incorporación del Sol del Mayo en el centro del emblema llegó -también por ley- el 25 de febrero de 1818.
martes, 28 de mayo de 2024
Dia de las maestras jardineras y de los Jardines Infantes
¿Quién es Rosario Vera Peñaloza?
Entre las mujeres cuyas actividades abarcaron más de una época de nuestra historia, hay que destacar a Rosario Vera Peñaloza. Nació a fines de 1873 en La Rioja. Se recibió de maestra en su provincia a los 15 años y luego se perfeccionó en Paraná, cuya Escuela Normal era por entonces un lugar de avanzada pedagógica.
Desde 1895 en adelante, ejerció la docencia en Entre Ríos, en La Rioja y en Córdoba. Fue la fundadora de los primeros jardines de infantes del interior del paísy en 1912 se hizo cargo de la dirección de la Escuela Normal Nº 1 de la Capital, en la que –además de vérselas con una matrícula que en cinco años pasó de 500 a 1.500 alumnas– comenzó a implementar métodos pedagógicos novedosos que le valieron la cesantía en 1917.
La propia Vera Peñaloza escribió: “Siempre es lenta la marcha de las ideas nuevas. Hay siempre lucha hasta que el público las acepta y todos los que llegan a ser discípulos de tal innovación tienen que soportar críticas y advertencias injustas”.
El proyecto en cuestión era la Escuela Argentina Modelo, emprendimiento privado creado en 1918 por Carlos María Biedma, que se benefició así de la dirección pedagógica de Vera Peñaloza, que buscaba incorporar el “aprendizaje práctico”para superar la escuela “exclusivamente intelectualista”.Durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear volvió a la órbita de la educación pública, como inspectora de enseñanza secundaria, normal y especial, para nuevamente dejarla en 1928, con la segunda presidencia de Yrigoyen.La actividad de Rosario Vera Peñaloza continuaría, a partir de 1931, como creadora y directora del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Kindergarten, del que estuvo al frente, con un cargo ad honorem, hasta 1945 y con el que siguió vinculada hasta su muerte.El Museo era un instituto de investigación y de formulación de propuestas educativas. Entre ellas, se encuentran las primeras iniciativas para que la escuela tomase en cuenta las expresiones regionales y locales de la cultura, dejando de lado el modelo de “uniformidad” centralista que era la orientación más común entonces.
Una destacada colaboradora de Vera Peñaloza desde los tiempos de la Escuela Modelo fue Rita Latallada de Victoria (1869-1958), discípula de Sara Eccleston (1840-1915), una educadora norteamericana contratada por el gobierno argentino en 1884 para organizar la Escuela Normal de Paraná, donde actualizó los programas de estudio y creó la carrera de maestra jardinera.Latallada de Victoria se dedicó especialmente a promover la creación de jardines de infantes. Su Asociación Pro Difusión del Kindergarten, creada luego de que se jubiló como docente en 1924, tuvo actuación en Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán.A su vez, las discípulas de Vera Peñaloza, Latallada y otras pedagogas formadas en la etapa anterior, comenzaron a constituir una nueva generación de normalistas.
Rosarito Vera, como la nombra Mercedes Sosa, en la hermosa canción del álbum Mujeres argentinas, compuesto por Félix Luna y Ariel Ramírez, murió el 28 de mayo de 1950 a los 77 años. En su memoria se conmemora esa fecha como el Día de los jardines de Infantes y el día de la maestra jardinera.
Dijo alguna vez Rosario: “Creo en el Magisterio Argentino y en su obra; a ellos, los maestros, corresponde formar las generaciones capaces de mantener siempre encendida la lámpara votiva que dejaron a nuestro cuidado los que nos dieron Patria para que jamás se apague en el alma Argentina y para que sea el faro que ilumine los senderos”.
💜💜💜💜MUY FELIZ DIA SEÑO VERONICA..💜💛💛💚💚
viernes, 24 de mayo de 2024
2 5 DE M A Y O
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domingo, 12 de mayo de 2024
Día de la Escarapela
18 de mayo día de la Escarapela Nacional Argentina
La escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires (Casilda Igarzábal entre otras) al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, el 18 de mayo de 1810 y por el “Calendario Escolar” de 1951, se fijó dicha fecha como Día de la Escarapela.
La Escarapela Nacional Argentina es uno de nuestros símbolos patrios, junto al escudo, el himno y la bandera. Si bien, en el imaginario popular, la creación de la escarapela está unida a las jornadas de la Revolución de Mayo, con Domingo French y Antonio Luis Beruti, repartiendo cintas celestes y blancas; en realidad, no hay documentación que avale esta hipótesis planteada por Bartolomé Mitre.
Lo concreto, en relación a la creación de la escarapela, es que, a solicitud de Manuel Belgrano, su uso se establece por decreto del primer Triunvirato, el 18 de febrero de 1812.
Origen de la escarapela
El uso de las escarapelas remonta a la Guerra de Sucesión Española (1701-1713). Esta guerra, fue ocasionada por la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España. Al fallecer el último de los Habsburgo, sobreviene la instauración en el trono de la Casa de Borbón. Durante esta contienda, en los campos de batalla se utilizaba un distintivo que tenía forma de moños y lazos.
En cambio, a partir del siglo XVIII, se impone la escarapela roja con forma de roseta, que era un signo de pertenencia al Ejército Real.
Las primeras utilizaciones de distintivos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, refieren al uso de cintas de color rojo y blanco. Durante la resistencia a las invasiones inglesas de 1806, el cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión, integrado por españoles y criollos utilizaba los colores blanco y rojo en su uniforme.
Durante la Revolución de Mayo, las crónicas de la época, aluden a las cintas blancas que se utilizaban en el ojal de la casaca, como señal de unidad entre españoles americanos y europeos. Otro distintivo era la escarapela encarnada y el retrato de Fernando VII sujeto con el cintillo del sombrero, y también algunos utilizaban una rama de olivo a modo de penacho simbolizando la paz.
En cambio, a partir del siglo XVIII, se impone la escarapela roja con forma de roseta, que era un signo de pertenencia al Ejército Real.
Las primeras utilizaciones de distintivos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, refieren al uso de cintas de color rojo y blanco. Durante la resistencia a las invasiones inglesas de 1806, el cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión, integrado por españoles y criollos utilizaba los colores blanco y rojo en su uniforme.
Durante la Revolución de Mayo, las crónicas de la época, aluden a las cintas blancas que se utilizaban en el ojal de la casaca, como señal de unidad entre españoles americanos y europeos. Otro distintivo era la escarapela encarnada y el retrato de Fernando VII sujeto con el cintillo del sombrero, y también algunos utilizaban una rama de olivo a modo de penacho simbolizando la paz.
El origen de los colores patrios
Sobre el origen de los colores de la Escarapela Nacional y la Bandera Argentina hay diversas teorías todas ellas complementarias. Su uso extendido en el pueblo, hace suponer, que se legalizaron los símbolos que la sociedad ya había elegido como propios.
Se dice, que el color celeste, podría provenir del cielo. Éste, a su vez, es utilizado en el manto de la Inmaculada Concepción, patrona de España e Indias.
También, el mismo color, sirvió de fuente de inspiración a los reyes de la casa de Borbón en España, para crear en 1771, la Orden de Carlos III. Ésta, era una de las condecoraciones, más altas otorgadas por la monarquía española. Consistía en una banda de tres franjas celeste, blanca y celeste, rematada por la Cruz del Orden, semejante a la banda presidencial argentina.
Tal es la banda que cruza el pecho del rey Fernando VII (1784-1833) de España en el retrato de 1814. En esta ocasión, luce vestido con el uniforme del ejército español. El cuadro original del pintor Vicente Lopez y Portaña, se encuentra actualmente en el Museo del Prado.
Se dice, que el color celeste, podría provenir del cielo. Éste, a su vez, es utilizado en el manto de la Inmaculada Concepción, patrona de España e Indias.
También, el mismo color, sirvió de fuente de inspiración a los reyes de la casa de Borbón en España, para crear en 1771, la Orden de Carlos III. Ésta, era una de las condecoraciones, más altas otorgadas por la monarquía española. Consistía en una banda de tres franjas celeste, blanca y celeste, rematada por la Cruz del Orden, semejante a la banda presidencial argentina.
Tal es la banda que cruza el pecho del rey Fernando VII (1784-1833) de España en el retrato de 1814. En esta ocasión, luce vestido con el uniforme del ejército español. El cuadro original del pintor Vicente Lopez y Portaña, se encuentra actualmente en el Museo del Prado.
Cuando se empieza a usar el blanco y celeste en las colonias
De allí, el uso de los colores, se extiende a las cintas utilizadas en la resistencia a la segunda invasión inglesa, por las fuerzas leales a Pueyrredón. Luego, estos mismos colores, fueron adoptados por los Húsares de Pueyrredón y por el cuerpo de Patricios para su uniforme.
No hay datos ciertos sobre la famosa anécdota de French y Beruti, que cuenta que habrían repartido cintas celestes y blancas, el 25 de mayo de 1810. En cambio, se sabe que French y Beruti, encabezaban el regimiento América o Estrella, creado en junio de 1810, integrado por los miembros de la Legión Infernal. Este grupo de jóvenes radicalizados actuaron durante la Semana de Mayo de 1810. Los miembros de la Legión Infernal eran leales a Moreno, que se oponía a la facción saavedrista de la Junta Grande y comenzaron a utilizar cintas azul celeste y blancas, como distintivo en solapas y sombreros para manifestar su oposición.
Su uso trascendió a la milicia, y fueron los colores adoptados por los morenistas del club de Marco, que luego, muerto Moreno, crearon el 21 de marzo de 1811 la Sociedad Patriótica adoptando el distintivo celeste y blanco.
No hay datos ciertos sobre la famosa anécdota de French y Beruti, que cuenta que habrían repartido cintas celestes y blancas, el 25 de mayo de 1810. En cambio, se sabe que French y Beruti, encabezaban el regimiento América o Estrella, creado en junio de 1810, integrado por los miembros de la Legión Infernal. Este grupo de jóvenes radicalizados actuaron durante la Semana de Mayo de 1810. Los miembros de la Legión Infernal eran leales a Moreno, que se oponía a la facción saavedrista de la Junta Grande y comenzaron a utilizar cintas azul celeste y blancas, como distintivo en solapas y sombreros para manifestar su oposición.
Su uso trascendió a la milicia, y fueron los colores adoptados por los morenistas del club de Marco, que luego, muerto Moreno, crearon el 21 de marzo de 1811 la Sociedad Patriótica adoptando el distintivo celeste y blanco.
viernes, 10 de mayo de 2024
La Semana de Mayo de 1810
La Semana de Mayo de 1810
Autor: Felipe Pigna.
Viernes 18
El 14 de mayo de 1810 había llegado a Buenos Aires la fragata inglesa Mistletoe trayendo periódicos que confirmaban los rumores que circulaban intensamente por Buenos Aires: cayó en manos de los franceses de Napoleón, la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder español.
El viernes 18 el virrey Cisneros hizo leer por los pregoneros (porque la mayoría de la población no sabía leer ni escribir) una proclama que comenzaba diciendo: “A los leales y generosos pueblos del virreinato de Buenos Aires.” El virrey advertía que “en el desgraciado caso de una total pérdida de la península, y falta del Supremo Gobierno” él asumiría el poder acompañado por otras autoridades de la Capital y todo el virreinato y se pondría de acuerdo con los otros virreyes de América para crear una Regencia Americana en representación de Fernando. Cisneros aclaraba que no quería el mando sino la gloria de luchar en defensa del monarca contra toda dominación extraña y, finalmente prevenía al pueblo sobre “los genios inquietantes y malignos que procuran crear divisiones”. A medida que los porteños se fueron enterando de la gravedad de la situación, fueron subiendo de tono las charlas políticas en los cafés y en los cuarteles. Todo el mundo hablaba de política y hacía conjeturas sobre el futuro del virreinato.La situación de Cisneros era muy complicada. La Junta que lo había nombrado virrey había desaparecido y la legitimidad de su mandato quedaba claramente cuestionada. Esto aceleró las condiciones favorables para la acción de los patriotas que se venían reuniendo desde hacía tiempo en forma secreta en la jabonería de Vieytes. La misma noche del 18, los jóvenes revolucionarios se reunieron en la casa de Rodríguez Peña y decidieron exigirle al virrey la convocatoria a un Cabildo Abierto para tratar la situación en que quedaba el virreinato después de los hechos de España. El grupo encarga a Juan José Castelli y a Martín Rodríguez que se entrevisten con Cisneros.
Sábado 19
Las reuniones continuaron hasta la madrugada del sábado 19 y sin dormir, por la mañana, Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano le pidieron al Alcalde Lezica la convocatoria a un Cabildo Abierto. Por su parte, Juan José Castelli hizo lo propio ante el síndico Leiva.
Domingo 20
El domingo 20 el virrey Cisneros reunió a los jefes militares y les pidió su apoyo ante una posible rebelión, pero todos se rehusaron a brindárselo. Por la noche, Castelli y Martín Rodríguez insistieron ante el virrey con el pedido de cabildo abierto. El virrey dijo que era una insolencia y un atrevimiento y quiso improvisar un discurso pero Rodríguez le advirtió que tenía cinco minutos para decidir. Cisneros le contestó “Ya que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran” y convocó al Cabildo para el día 22 de Mayo. En el “Café de los Catalanes y en “La Fonda de las Naciones”, los criollos discutían sobre las mejores estrategias para pasar a la acción
Lunes 21
A las nueve de la mañana se reunió el Cabildo como todos los días para tratar los temas de la ciudad. Pero a los pocos minutos los cabildantes tuvieron que interrumpir sus labores. La Plaza de la Victoria estaba ocupada por unos 600 hombres armados de pistolas y puñales que llevaban en sus sombreros el retrato de Fernando VII y en sus solapas una cinta blanca, símbolo de la unidad criollo-española desde la defensa de Buenos Aires. Este grupo de revolucionarios, encabezados por Domingo French y Antonio Luis Beruti, se agrupaban bajo el nombre de la “Legión Infernal” y pedía a los gritos que se concrete la convocatoria al Cabildo Abierto. Los cabildantes acceden al pedido de la multitud. El síndico Leiva sale al balcón y anuncia formalmente el ansiado Cabildo Abierto para el día siguiente. Pero los “infernales” no se calman, piden a gritos que el virrey sea suspendido. Debe intervenir el Jefe del regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra quien logra calmarlos garantizándoles el apoyo militar a sus reclamos.
Martes 22
Ya desde temprano fueron llegando los “cabildantes”. De los 450 invitados sólo concurrieron 251. También estaba presente una “barra” entusiasta. En la plaza, French, Beruti y los infernales esperan las novedades. La cosa se fue calentando hasta que empezaron los discursos, que durarán unas cuatro horas, sobre si el virrey debía seguir en su cargo o no. Comenzó hablando el Obispo Lué diciendo que mientras hubiera un español en América, los americanos le deberían obediencia. Le salió al cruce Juan José Castelli contestándole que habiendo caducado el poder Real, la soberanía debía volver al pueblo que podía formar juntas de gobierno tanto en España como en América. El Fiscal de la Audiencia, Manuel Villota señaló que para poder tomar cualquier determinación había que consultar al resto del virreinato. Villota trataba de ganar tiempo, confiando en que el interior sería favorable a la permanencia del virrey. Juan José Paso le dijo que no había tiempo que perder y que había que formar inmediatamente una junta de gobierno.
Casi todos aprobaban la destitución del virrey pero no se ponían de acuerdo en quien debía asumir el poder y por qué medios. Castelli propuso que fuera el pueblo a través del voto quien eligiese una junta de gobierno; mientras que el jefe de los Patricios, Cornelio Saavedra, era partidario de que el nuevo gobierno fuera organizado directamente por el Cabildo. El problema radicaba en que los miembros del Cabildo, muchos de ellos españoles, seguían apoyando al virrey.
“Modales”
El debate del 22 fue muy acalorado y despertó las pasiones de ambos bandos. El coronel Francisco Orduña, partidario del virrey, contará horrorizado que mientras hablaba fue tratado de loco por no participar de las ideas revolucionarias “… mientras que a los que no votaban contra el jefe (Cisneros), se les escupía, se les mofaba, se les insultaba y se les chiflaba.”
Miércoles 23
Por la mañana se reunió el Cabildo para contar los votos emitidos el día anterior y elaboró un documento: “hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo. Señor Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo (…) hasta la erección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la manera que estime conveniente”.
Jueves 24
Se confirmaron las versiones: el Cabildo designó efectivamente una junta de gobierno presidida por el virrey e integrada por cuatro vocales: los españoles Juan Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José Castelli y Cornelio Saavedra, burlando absolutamente la voluntad popular. Esto provocó la reacción de las milicias y el pueblo. Castelli y Saavedra renunciaron a integrar esta junta Muchos como el coronel Manuel Belgrano fueron perdiendo la paciencia. Cuenta Tomás Guido en sus memorias “En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa entró al comedor de la casa del señor Rodríguez Peña y lanzando una mirada en derredor de sí, y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada dijo: “Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas.”
Por la noche una delegación encabezada por Castelli y Saavedra se presentó en la casa de Cisneros con cara de pocos amigos y logró su renuncia. La Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente.Así recuerda Cisneros sus últimas horas en el poder:
“En aquella misma noche, al celebrarse la primera sesión o acta del Gobierno, se me informó por alguno de los vocales que alguna parte del pueblo no estaba satisfecho con que yo obtuviese el mando de las armas, que pedía mi absoluta separación y que todavía permanecía en el peligro de conmoción, como que en el cuartel de Patricios gritaban descaradamente algunos oficiales y paisanos, y esto era lo que llamaban pueblo, (..). Yo no consentí que el gobierno de las armas se entregase como se solicitaba al teniente coronel de Milicias Urbanas Don Cornelio de Saavedra, arrebatándose de las manos de un general que en todo tiempo las habría conservado y defendido con honor y quien V.M las había confiado como a su virrey y capitán general de estas provincias, y antes de condescender con semejante pretensión, convine con todos los vocales en renunciar los empleos y que el cabildo proveyese de gobierno.”
El 25 de mayo de 1810 Todo parece indicar que el 25 de mayo de 1810 amaneció lluvioso y frío. Pero la “sensación térmica” de la gente era otra . Grupos de vecinos y milicianos encabezados por Domingo French y Antonio Beruti se fueron juntando frente al cabildo a la espera de definiciones. Algunos llevaban en sus pechos cintitas azules y blancas, que eran los colores que los patricios habían usado durante las invasiones inglesas.
Pasaban las horas, hacía frío, llovía y continuaban las discusiones. El cabildo había convocado a los jefes militares y estos le hicieron saber al cuerpo a través de Saavedra que no podían mantener en el poder a la Junta del 24 porque corrían riesgos personales porque sus tropas no les responderían. La mayoría de la gente se fue yendo a sus casas y el síndico del Cabildo salió al balcón y preguntó “¿Dónde está el pueblo?”. En esos momentos Antonio Luis Beruti irrumpió en la sala capitular seguido de algunos infernales y dijo “Señores del Cabildo: esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con sandeces, Si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores decirlo ahora mismo, porque no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la mano, no responderemos de nada.” Poco después se anunció finalmente que se había formado una nueva junta de gobierno .El presidente era Cornelio Saavedra; los doctores Mariano Moreno y Juan José Paso, eran sus secretarios; fueron designados seis vocales: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu. Comenzaba una nueva etapa de nuestra historia.
La Junta declaró que gobernaba en nombre de Fernando VII. Así lo recuerda Saavedra en sus memorias “Con las más repetidas instancias, solicité al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no sólo por falta de experiencia y de luces para desempeñarlo, sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en la revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores por aquel medio. Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y mandatos.”Para algunos era sólo una estrategia a la que llamaron la “máscara de Fernando”, es decir, decían que gobernaban en nombre de Fernando pero en realidad querían declarar la independencia. Pensaban que todavía no había llegado el momento y no se sentían con la fuerza suficiente para dar ese paso tan importante. La máscara de Fernando se mantendrá hasta el 9 de julio de 1816.Pero los españoles no se creyeron lo de la máscara o el manto de Fernando y se resistieron a aceptar la nueva situación.En Buenos Aires, el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
miércoles, 8 de mayo de 2024
Día del Himno Nacional argentino
viernes, 3 de mayo de 2024
miércoles, 1 de mayo de 2024
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