La historia de Guardia Mitre
Por qué un pueblito desconocido de Río Negro puede convertirse en un boom de turismo chino
Se podría pensar que entre Beijing, capital de la República Popular China, y Guardia Mitre, una pequeñísima localidad de Río Negro, no hay puntos de contacto. Pero si un esforzado ciudadano chino cavara un túnel recto en el suelo de la ciudad de 21 millones de habitantes, sin jamás detenerse, terminaría asomando la cabeza en el poblado rionegrino en el que viven 900 personas. La megaurbe y el pueblo están en ubicaciones perfectamente opuestas del planeta. Entre ambas hay 19,944 kilómetros. La primera tiene 3000 años de historia y la segunda fue fundada en 1862. Para una de las mayores metrópolis del planeta, el paraje patagónico es sitio terrestre más remoto. Y un grupo empresario chino entiende que este juego de opuestos podría seducir a millones de turistas orientales y atraerlos hacia la Patagonia argentina.
Los contactos entre los chinos y las autoridades de Río Negro comenzaron en 2017 y se han mantenido en 2019. El proyecto es traer turistas de su país a la región e iniciar la importación de productos de alta calidad con el sello del sur, como vino y carne de cordero, entre otros.
En 2018 desembarcaron por primera vez a la zona el director ejecutivo Dashawn Yang y el director de Operaciones, Baochuan Shan, de la firma Beijing EarthAB Real Estate Co. dedicada al negocio turístico. Se reunieron con el intendente del pueblo, Angel Zingoni, con la por entonces ministra de Turismo rionegrina, Arabela Carreras —que en abril de este año fue elegida gobernadora—, con otros funcionarios y con los integrantes de la Fundación Cocina Patagónica, Francisco Ventura y Lucas Saboy.
Aunque firmaron un convenio de mutua colaboración, las diferencias culturales no tardaron en aparecer. Los chinos explicaron que querían comprar de inmediato unas 30 hectáreas de terreno en los alrededores de Guardia Mitre donde levantarían edificios destinados a recibir a los visitantes.
El intendente y los funcionarios les explicaron que gran parte de lo que rodeaba al pueblo eran tierras fiscales, por lo que no podían ser comercializadas. El resto forma parte de estancias que seguramente se negarían a ceder porciones pequeñas. La burocracia local desanimó un poco a los orientales, cuentan en la localidad.
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Este año finalmente la provincia, administrada por Alberto Weretilneck y su partido Juntos Somos Río Negro (JSRN), les ofreció entregarles en comodato dos hectáreas para que pudieran construir un restaurante y un edificio.
El terreno se encuentra en la barda, un sector alto desde donde se puede observar toda la localidad.
Los chinos contaron su intención de ubicar un memorial en el pueblo que recuerde que justo al otro lado del planeta está Beijing. “Me preguntaron cuánto costaría hacer el monolito que ellos querían y le calculamos unos 40, 50 mil dólares. Se sorprendieron, por poco y ponen la mano en el bolsillo y sacan la plata ahí mismo. Les pareció una bicoca”, explica a Clarín el intendente de Guardia Mitre, Angel Zingoni.
Los chinos recorrieron la zona de la costa Atlántica y viajaron luego por el Alto Valle y la Cordillera con el propósito de interiorizarse de los atractivos de la región. Los empresarios se entrevistaron con representantes del INTA y de la Agencia de Desarrollo de Río Negro (Crear) con la idea de conocer la producción de miel, entre otros productos, como la carne de cordero, vacuna y vinos.
Las conversaciones con los orientales continuaron a lo largo del 2019 ajustando detalles de lo que podría convertirse en un desembarco de grandes proporciones. Después de unos meses de parate, el siguiente capítulo del proyecto se concretará posiblemente después de las elecciones, en 2020, opinan fuentes provinciales.El acuerdo, de hecho, ya fue anunciado en medios chinos como www.indongfang.com y http://www.mafengwo.cn donde se muestra fotografías de Guardia Mitre y sus paisajes.